SIERVOS FIELES

Un signo de crecimiento espiritual es cómo nos movemos en las cosas pequeñas.

La vida espiritual de cada uno de nosotros se traduce en la obra: si nuestra vida espiritual es pobre, la obra será pobre; si la vida espiritual es rica, la obra será rica; si es nula, nula será también nuestra obra.

Debemos cumplir con excelencia lo que Dios nos mandó hacer. La Biblia nos muestra el caso de tres personas que no eran grandes líderes; sin embargo, eran fieles cumplidores de lo que se les mandaba hacer, y apoyo y sostén de sus hermanos.

EPAFRAS: Colosenses 4:12-13

  El verdadero siervo es:

Uno de ustedes: Es una persona de la misma Iglesia y defiende la obra. Nunca olvida a los suyos, ora por todos. El ministerio “no se le subió a la cabeza”.

Es siervo de Cristo: No debemos buscar gloria personal, no servir por exhibicionismo.

Siempre rogando por todos: Para que sean cumplidores de toda la Voluntad Divina.

 Como siervos de Dios debemos ser:

Constantes en la doctrina. Perfectos en la consagración. Cumplidores de toda la Voluntad Divina. Completos en el servicio cristiano.

Pablo es el que en este pasaje da testimonio de Epafras, así también son otros los que tienen que dar testimonio de nosotros.

Los “Epafras” son un consuelo para los líderes; contar con este tipo de colaboradores les da mucha alegría.

 Todos los miembros de la Iglesia debemos ser como Epafras, de quien Pablo dice:

 “Os saluda Epafras, que es uno de los vuestros, siervo de Cristo Jesús que lucha siempre a favor vuestro en sus oraciones, para que seáis constantes y perfectos cumplidores de toda Voluntad Divina. Yo soy testigo de lo mucho que se afana por vosotros…”

(Colosenses 4:12-13)

 LIDIA: Hechos 16:13-15

 – Era una vendedora de púrpura, una mujer trabajadora.

– Adoraba al Dios de los judíos y buscaba enriquecer su vida espiritual, ya que a pesar de trabajar tenía tiempo para escuchar a los siervos de Dios (v. 13: Lidia estaba guardando el día de reposo, escuchando la Palabra de Dios).

– Vivía en una cultura “machista” y, sin embargo, no ponía excusas: Ella trabajaba y se ocupaba de su familia, y no dejaba por ello de tener tiempo para adorar a Dios.

– Testificaba en su casa: Toda su familia recibió el bautismo (se convirtieron).

– Tuvo tiempo para invitar a Pablo a su casa, lo cual muestra que además tenía dinero y disponibilidad para alojar a los siervos.

– Era una mujer hospitalaria.

– La mujer que adora a Dios es bendecida “… el Señor le abrió el corazón…” (v. 14).

Para ser como Lidia hace falta disciplinar nuestra vida cristiana.

  

EPAFRODITO: Filipenses 2:25

 1) Pablo lo llama “mi hermano”.

2) Era colaborador de Pablo: Epafrodito ayudaba a Pablo y éste lo llama “compañero de armas”; es uno que combate junto a él, en la Iglesia.

– El verdadero soldado no deserta (está firme en la Iglesia).

– El buen soldado debe proteger a su compañero de lucha (protección, ayuda, cuidado entre todos los hermanos).

– El buen soldado ayuda a su compañero herido, no lo abandona.

– El verdadero soldado es leal y valiente.

3) Pablo elogió a Epafrodito como “enviado vuestro”. Debe tenerse en estima a hombres como él (v. 29). A Epafrodito se lo envió con un propósito, que él cumplió fielmente.

– El mensaje que doy debe ser fiel al que me entregó el mensaje.

– Debemos hacer lo que se nos mandó hacer, no otra cosa.

– El mensajero no debe cambiar el mensaje.

– El mensajero tiene que ser despierto, preparado intelectual, emocional y espiritualmente.

4) Pablo reconoce a Epafrodito como encargado de atender sus necesidades, lo que cumplió fielmente (ver v. 30).