QUITAR EL PECADO

El PECADO DE UNO AFECTA A TODO EL CUERPO 

Cuando estamos enfermos en alguna parte de nuestro cuerpo decimos “estoy enfermo”, y sin embargo es sólo una parte la que no se encuentra bien; lo mismo pasa en la Iglesia, el mal de una parte del “cuerpo” afecta a todos.

Muchas veces la comunidad debe sufrir las consecuencias de una mala actitud de uno de sus miembros. Un ejemplo de esto lo tenemos en Josué capítulo 7: Israel había visto el Poder de Dios, venían de una gran victoria en Jericó; sin embargo, al tratar de conquistar la ciudad de Ay sufrieron una humillante derrota. ¿Qué sucedió?

Hubieron preparativos impropios para la conquista de Ay:

-Menospreciaron a sus enemigos (Josué 7:3).

-No se tomaron tiempo para la oración (la Biblia no menciona que lo hayan hecho).

-Siguieron los mismos procedimientos militares que para la conquista de Jericó sin consultar a Dios (muchas veces Dios tiene otros planes, aún en circunstancias similares. Siempre debemos consultarle).

-Alguien había pecado dentro del campamento. Acán había tomado cosas del anatema y por tal motivo Dios no los asistió en la conquista de Ay, pues el pecado de uno devino en el pecado de todos (Josué 7:11-12). Lo mismo ocurre en la Iglesia, el miembro de pecado tiene que ser extirpado.

Pasos que llevan al fracaso:

1- Subestimar al enemigo: Santiago dice: “resistid al diablo”. No se pelea contra el diablo ¡Se le resiste!

David cayó porque no resistió la tentación, ya que estaba donde no debía estar y mirando lo que no debía mirar (ver 2 Samuel 11:1-5). Se deleitó en la tentación (mirando a Betsabé). El no resistir la tentación y no poder dejar de mirar lo llevó hasta el homicidio. David vio, (a Betsabé), la deseó y la tomó. Lo mismo ocurrió con Acán: vio las cosas del anatema, las deseó y las tomó; y el pecado de estos dos hombres, que no supieron resistir la tentación, los perjudicó no solo a ellos, sino también a todo el pueblo.

Nadie cae de repente, es el resultado de un proceso, de no apartarse de la tentación, es primero ver, luego desear y, por último, tomar. ¡No confíes en ti, confía en el Señor!

2- Sobreestimar la fuerza personal: Nunca debemos pensar que nosotros no podemos caer frente a determinadas tentaciones, todos somos vulnerables.

3- Dejar de buscar la Faz de Dios: Si Josué hubiera consultado a Dios hubiera sabido que alguien había pecado dentro del campamento y que Dios no estaba de su parte. Por más que haya una conquista grande en tu vida, si no sigues buscando la guía de Dios puede sobrevenir una tremenda derrota.

Estas tres cosas le sucedieron a Josué.

Estudiemos nuestra vida a la Luz de la Palabra, como servidores, nuestra vida está dedicada a Dios, es de Él, y no puede ser tomada para otra cosa.

Dios se sirve de los que le son dóciles a Él.

Dios perdona y restaura a Su pueblo cuando el pueblo quita el pecado de en medio de sí. Acán fue muerto, el pecado extirpado del campamento y el pueblo recobró la protección de Dios.

«Yahvé dijo entonces a Josué: « ¡No tengas miedo ni te asustes! Toma contigo a toda la gente de guerra; levántate y sube contra Ay. Mira que entrego en tus manos al rey de Ay, a su pueblo, su ciudad y su territorio.»

(Josué 8:1)