¡Aleluya! es una expresión hebrea que significa literalmente «alabad a Yah», es decir, «alabad a Yahveh», «alabad a Dios».
Es una antigua exclamación litúrgica de regocijo y alabanza, originalmente era pronunciada por los cantores, los sacerdotes y los levitas, y luego era repetida por todo el pueblo de Israel.
El culto cristiano adoptó esta bella invitación a la alabanza, al clamor y a la adoración para darle Gloria y Honor a Nuestro Señor Dios Todopoderoso.
“Y oí el ruido de muchedumbre inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de fuertes truenos. Y decían: ¡Aleluya! Porque ha establecido Su Reinado el Señor, Nuestro Dios Todopoderoso.” (Apocalipsis 19:6)