Por Juan Carlos Hovhanessian
Dice la Palabra en Hebreo 11:1 que la fe es sustancia de lo que esperamos, pruebas de las realidades que no vemos. Al mirar las circunstancias podemos bajar los brazos, pero al mirar la fe, esto es, lo que no se ve, comenzamos a “ver” lo invisible y a esperar en lo que ojo no vio, humanamente hablando, ni oído escuchó, humanamente hablando, pero que el Espíritu Santo nos lo revela en el corazón renacido.
Los ciegos iban siguiendo a Jesús, cuando se retiraba de allí, le gritaban: ¡Hijo de David ten compasión de nosotros! Cuando Jesús estuvo en su casa los ciegos lo fueron a buscar, y Jesús les preguntó: ¿Creen que yo puedo sanarlos? Contestaron: “Sí Señor”. Entonces Jesús les tocó los ojos diciendo: ¡Reciban ustedes lo que han creído! Y después les ordenó severamente que nadie lo sepa. Sin embargo ellos en cuanto salieron lo publicaron por todas partes. (ver Mateo 9:27-31).
Dos personajes, dos ciegos. ¿En qué situación estaban? Siguiendo a Jesús ¿Cómo sería el seguimiento de dos ciegos? Jesús caminando rápido y ellos tratando de seguirle. El Evangelio dice que ellos le seguían, quizás a los tumbos, tropezando, pero ahí estaban, siguiendo, intentando llegar hasta Jesús. Y mientras ¿qué hacían? Le gritaban. ¿Y qué le gritaban? ¡Jesús Hijo de David, ten compasión de nosotros!
Cuando aquí el Evangelio dice: le seguían pone un verbo: AKOLUO. Que significa: imitar el estilo de vida del maestro, es seguir pero como aquel que esta siempre en un camino, eso es verdaderamente cristiano.
¿Qué gritaban estos ciegos? “Ten compasión de mí”, insistían, perseveraban en su suplica. Yo me imagino a los ciegos en súplica confiada gritando y gritando, una y otra vez ¿Qué significa la súplica confiada? Que Jesús no los había atendido pero si los había escuchado ¿O crees que Jesús no tenía buen oído? Pero no los atendió. Tal vez vos decís: “Yo clamo, grito, suplico pero el Señor no me oye”. Nunca digas eso. Dios escucha enseguida pero a veces atiende después.
Los ciegos no abandonaron, siguieron por el camino. Les faltaba la vista pero no la fe; les faltaba la vista pero tenían certeza. Por nada se les iba a escapar Jesús, lo seguían hasta los confines del mundo… así debe ser la oración: perseverante. Tú y yo sabemos bien que la oración, la intercesión, es un combate espiritual y la victoria la alcanzan los que perseveran.
Jesús caminaba, el que quería alcanzarlo tenía que caminar rápido. Venían los ciegos que tenían dificultades, parecía que Jesús no los escuchaba, pero Jesús si los oía solo que no los atendía. Hay como una aparente indiferencia de Jesús.
Cuando hay fe en Jesucristo la oposición lejos de debilitarte, te hace decidido, valiente y te diría esa palabra que usa la Biblia “violento“. Desde la época de Juan el bautista los “violentos” arrebatan el Reino de los cielos. Esa oración, cuando es oración de fe debe ser “violenta” porque arrebata y Dios dice: YO TE QUIERO LIBRE, SANO, PRÓSPERO Y BENDECIDO. Entonces no ceses en tu intento hasta alcanzar la victoria. NO TE RINDAS.
Los ciegos no se rindieron. ¿Vos sabes lo que debe ser estar ciego?, tápate los ojos y trata de caminar por la calle. Sabes lo que debía ser por esos caminos polvorientos, los ciegos caminando donde hay piedras y troncos, gritando ¡Jesús Hijo de David!!!! ¿Te ha pasado, que gritas, suplicas y parece que a nadie le importa…? Los discípulos y la gente que iba con Jesús ni les prestaban atención.
Los ciegos no se dieron por vencidos ¿Qué hace el verdadero creyente? No se da por vencido NO TE RINDAS, lee este pasaje de los ciegos.
Te repito: LA FE ES CERTEZA, ES GARANTIA Hebreo 11:1. Cuando yo creo tengo certeza, tengo garantía de lo que no se ve. Cómo dice Romanos 4:18 “Abraham esperó contra toda esperanza” ¿Cómo esperó? CONTRA TODA ESPERANZA.
Para este mundo eso es locura, es no aceptar la realidad -como te dicen algunas veces- ¿Cómo no aceptas la realidad? El cristiano vive la realidad mejor que nadie pero sabe que hay una realidad mucho más grande que es invisible. Por eso Abraham creyó en ese Dios que llama a lo que no existe como si ya existiera y esperó contra toda esperanza.
Los ciegos también esperaron contra toda esperanza. Los ciegos no dijeron: ¡Señor haz algo con nosotros porque ya no podemos seguirte! No bajaron los brazos. ¡Levanta los brazos no los bajes nunca! Obedece a los médicos, sigue tu tratamiento pero pon tu corazón en el Señor Jesucristo porque Él te ama, Él es tu Salud, Él es tu Medicina, Tu Camino, Verdad, Tu Vida.
A estos dos ciegos nadie se ocupa de callarlos quizás pensando: “Ya se desanimarán”. Los ciegos no se iban a detener hasta que Jesús obrara el milagro, hasta que hiciera lo que ellos querían, así tiene que ser nuestra oración.
Nada ni nadie los desanimó. Muchas veces hay hermanos que reciben el milagro y los de adentro de la Iglesia los desaniman y terminan perdiendo la bendición porque los hacen bajar los brazos. “NO TE RINDAS”.
Los ciegos eran “locos” que creían la Palabra, tenían fe en Cristo, “se jugaron” por el Señor, tropezando, cayendo, levantándose, “siendo escándalo”. Estaban firmes “Tú me vas a dar la vista, tu me vas a sanar” iban declarando, orando, confesando.
Jesús iba por el camino sin atenderlos, llegó a su casa y los ciegos lo fueron a buscar. Entiende esto: ellos ¡Seguían ciegos! Creyendo, gritando sin vacilar. ¿Los que habían gritado por el camino iban a golpear la puerta y esperar? No!!! Abrieron la puerta y se metieron. El cristiano verdadero no golpea la puerta la tira abajo en el Nombre de Jesús.
Y allí volvieron a gritar: ¡Jesús ten compasión de nosotros! Jesús estaba descansando, los ciegos, ¡no! Aún cuando parezca que Jesús es indiferente, que no te atendió… ¡No descanses! Estas son las Palabras de Jesús ¿Te acuerdas del juez injusto y la viuda? Si no le hace justicia porque es su deber lo va a hacer por la insistencia para que la viuda lo deje tranquilo. Así tiene que ser nuestra oración: llamad y se os abrirá, pedid y se os dará, buscad y hallaréis.
- Tres cosas: pedir, buscar y llamar. A veces pedimos pero no buscamos, a veces pedimos y buscamos pero no llamamos, no lo hacemos en forma insistente. ¡Jesús descansaba, los ciegos, no! Estaban frente al maestro, pero no lo veían. Cuántas veces el Señor esta ahí al lado nuestro y no lo vemos porque la fe es prueba de realidades que no se ven “pero” por la fe tenemos la certeza que estamos delante de Dios y nos esta escuchando.
Jesús les pregunta “¿Creen que Yo puedo sanarlos?” ¿Qué más quería Jesús de estos dos hombres? ¿Acaso no estuvieron gritando todo el tiempo? Muchas veces Jesús pedía una profesión de fe, una señal del que iba a recibir la Salvación
- Hay dos pasajes donde Jesús exige esa fe: a la sirio fenicia y a los ciegos. “NO TE RINDAS, NO TE DES POR VENCIDO NI AUN VENCIDO, PORQUE EN CRISTO SOMOS MÁS QUE VENCEDORES”. La fe verdadera exige un sacrificio, una fe sin obras es una fe muerta, la fe verdadera es obra. ¿Hasta cuándo tengo que orar? El Señor dice: “Hasta que suceda”.
¿Sabes que dicen los ciegos? ¡SÍ SEÑOR! No tenemos la mínima duda, porque tenemos fe, tenemos certeza. La Palabra de Dios nos esta enseñando a orar en forma perseverante hasta alcanzar la victoria. Jesús obró el milagro, nunca despidió a nadie con las manos vacías. Te lo va a preguntar una y otra vez: ¿Tú crees que Yo puedo hacer esto? Va a exigir tu profesión de fe.
Jesús halla fe en estos dos hombres, les dijo: “Reciban ustedes lo que han creído” obró el milagro, lo hizo en la medida que ellos creyeron en Él. Hubo una exigencia: la profesión de fe. El resultado fue: la victoria.
Jesús les dijo severamente que nadie lo sepa. Y los ciegos volvieron, no lo siguieron a Jesús. Estaban felices. Cada vez les costaba más trabajo mantener el silencio, ya no podían resistir porque el testimonio eran ellos: “Fue Jesús de Nazaret”. La verdadera obediencia es dar testimonio de Jesús.
Y la fama de Jesús se extendía por todas partes. Jesús todo lo puede, solo hace falta creer y obrar conforme a nuestra fe para alcanzar de Su Mano todo milagro. Los ciegos lo sabían ¿Tú lo sabes? PORQUE: “¡PARA DIOS NADA ES IMPOSIBLE!”.
¡GLORIA A SU NOMBRE!