LA TABLA «OUIJA»

La tabla ouija -o juego de la copa- es conocida por muchos como un simple juego que se basa en colocar las manos sobre una pequeña plataforma (pedacito de madera o plástico) en forma de aguja, (o sobre una copa) sobre un tablero de madera que tiene escritos letras, números y las palabras “si” y “no”. De esta forma, quienes participan del juego realizan una pregunta y entonces -supuestamente- la tabla “responde” desplazándose la copa hacia donde corresponda, uniendo ya sea letras o números, para dar la respuesta. Pero en este “juego” no solo se le pregunta a la tabla en si, sino que también se invocan espíritus de muertos para hablar con ellos.

Origen de la ouija: se sabe que ya en la antigua Grecia y en China se utilizaba un instrumento parecido que servía como medio de comunicación con los espíritus de los muertos. También podemos mencionar a los antiguos romanos y a ciertas culturas aborígenes de América que se valían de artefactos similares (tablas, ruedas, etc.) que utilizaban con el mismo fin. Como se conoce en la actualidad, la tabla ouija data del año 1850, aproximadamente, donde comenzó a utilizarse mucho más a raíz de la expansión del espiritismo y de los médium, y poco después a comercializarse, en forma masiva, como un juego. El nombre ouija proviene de las palabras: oui: si (francés) y ja: no (alemán), ambas están impresas en la tabla.

La realidad es que, más que un juego, el fin de la tabla ouija es: el interés por conocer el porvenir, lo cual es adivinación, y la conexión con los muertos, prácticas absolutamente contrarias a la fe cristiana, la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia. Cuando por este medio se intenta “hablar” con espíritus, en realidad quienes lo practican están tratando con entidades del mal, lo cual tiene graves consecuencias. Existen testimonios aterradores de muchos que han participado en este “juego”, así como también hay una innumerable cantidad de personas que padecen diversos trastornos emocionales, psicológicos, etc. de origen supuestamente desconocido, que reconocen haber participado de sesiones con la tabla ouija.

También quisiéramos destacar que mientras realizábamos la investigación para este artículo descubrimos que una innumerable cantidad de adeptos a la ouija (psíquicos, ocultistas y espiritistas) advertían sobre los peligros de la misma, desaconsejando su uso para quienes  “no supieran del tema”, pues no es simplemente un juego sino un “instrumento que trata con entidades del más allá”.

Muchos han querido desligar a la tabla ouija del ocultismo diciendo que lo que en realidad ocurre es que al jugar, el subconsciente de los jugadores impulsa los movimientos, esto no es así;  la ouija es utilizada por ocultistas quienes abiertamente reconocen que no es un juego sino un medio de conexión con el más allá.

Lamentablemente ya ni siquiera es necesario comprar la tabla, pues las hay disponibles en Internet para “jugar” on-line de manera gratuita, lo cual debe ser motivo para que padres y adultos estén muy atentos a las páginas que visitan niños y jóvenes, evitando que a través de la curiosidad, se metan en el ámbito del ocultismo, con las consecuencias nefastas que ya vimos.

La ouija es una trampa del “enemigo” que siempre tendrá sus consecuencias negativas en las personas -tengan la edad que tengan- por eso es necesario saber que ni siquiera por curiosidad es lícito acercarse a estas prácticas, pues de una u otra forma perjudica, aún cuando en algunos casos parezca que “no funciona”…

El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice al respecto: “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir…” (N° 2116) “…El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él…” (N° 2117).

Los cristianos debemos poner nuestra confianza solo en Dios y buscar respuestas en Él a través de la oración. Declara la Escritura: “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también…” (1 Timoteo 2:5). Cristo es el mediador a quien recurre el creyente a través de la oración, de la lectura de la Palabra, del consejo idóneo en la Iglesia; Él nos ha dado el Espíritu Santo para iluminar nuestro camino y ser fortalecidos para vivir en santidad.  “Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26).

 La Palabra nos dice: “Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar. Resistidle firmes en la fe…” (1 Pedro 5:8-9). Debemos velar y estar firmes en la fe, rechazando aún lo que se nos puede presentar como inofensivo, si eso va contra la doctrina cristiana; y por sobre todas las cosas debemos CONOCER LA VERDAD: LA PALABRA DE DIOS, que nos libra de todo mal.

Si alguno ha participado de este “juego”, invocado algún espíritu, ya sea con la ouija o de alguna otra forma, recuerde siempre que arrepentimiento y entrega plena de la propia vida a Cristo nos hace nuevas criaturas, pues Dios nos ama y nos perdona.

“Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo”

 2 Corintios 5:17

¡Amén!