Jesús quiere decir en hebreo: «Dios salva», es un nombre propio, que le fue revelado a nuestra Madre, la Virgen María por el ángel Gabriel en el momento de la Anunciación.
En cambio Cristo, no es un nombre propio, sino que viene de la traducción griega del término hebreo “Mesías” y significa “Ungido”, y según el Catecismo de la Iglesia Católica (N° 436), «pasa a ser nombre propio en virtud de que Él cumplió perfectamente la misión divina que esa palabra significa».
A los seguidores de Jesús se los conocía de diferentes maneras: como “seguidores del Camino” (Hechos 9:2; 19:23; 19:9); o “Nazarenos” (Hechos 24:5); pero fue en Antioquia donde los discípulos de Cristo fueron llamados “cristianos” por primera vez: “Partió para Tarso en busca de Saulo, y en cuanto le encontró, le llevó a Antioquía. Estuvieron juntos durante un año entero en la Iglesia y adoctrinaron a una gran muchedumbre. En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de “cristianos”. Hechos 11:25-26