Una sociedad, donde Dios no es el centro de la vida social, económica, política, cultural, es una sociedad expuesta a los atropellos del poder tenebroso del diablo.
Ríase el que quiera de lo que digo… Supóngase que por reírse es un “supermoderno progresista” ajeno a toda forma de creencia en Dios o “bien” a una adherencia a una “vaga idea de Dios”, tan de moda en estos tiempos.
Sea como fuere, el designio de Dios avanza. Nadie, en lo personal o en lo colectivo, como sociedad, escapará a las consecuencias de “apartar a Dios” del centro de su vida.
Cuando parece que “todo va bien”… ¡De golpe asalta el problema! Sin Dios en el “centro de la escena social”, significa sin “cobertura divina”. El hombre librado a su arbitrio, habiendo hecho una opción: A… TEÍSMO: “Sin Dios”.
Sin Dios porque se promueve el pecado del homosexualismo. El pecado del divorcio. El pecado -ya en ciernes- del aborto. El pecado de la corrupción -cuando no se hace nada por erradicarla, ni se castiga a los corruptos-. El pecado de la soberbia, en la que se manejan tantos. El de la mentira sistemática, la demagogia, etc.
Es suficiente con ver cómo Dios condena tales prácticas en la Biblia y que la Iglesia en Su Magisterio enseña al pueblo de Dios para caminar en la Doctrina de Cristo, en el Evangelio.
Alguien me dirá: “¿Y qué de los que en la Iglesia, participan de esas pecaminosas practicas…?”
Y les responderé humildemente, que no existe en esto un “ustedes y nosotros”, sino que todo el que obra piadosa, santamente en la vida cristiana, es “nosotros” y quien así no lo haga, necesita arrepentirse y volver al camino de Cristo. Sea quien sea, se llame como se llame u ocupe el cargo que ocupe.
Por tanto, ¡no hay excusa!
¡No existe justificativo, ni atenuante, para pecar!
El pecado en la Palabra de Dios, es “muerte”… ¡La Gracia es Vida!
El pecado puede escapar del juicio del hombre, tantas veces -dolorosamente- ejercido por corruptos, como a lo largo de la historia está comprobado, mas no escaparán del Juicio Eterno de Dios.
Y la Gracia está disponible para todos los que arrepentidos, se entreguen a Cristo de corazón.
El mismísimo infierno es prueba irrefutable del Amor de Dios para con el hombre: TANTO LE AMA QUE HASTA RESPETA SU LIBERTAD DE ELEGIR “PERDERSE”… ¿Se entiende?
Por eso quien dice amar, “hace libre”. Claro, aquel que ama en el Amor de Dios. Contrario a los que posesivamente, bajo fachada de “amor”, sólo quieren “arrear como ganado” a su prójimo.
¡No! “El amor no es algo que poseo, sino que me posee”, cuando es verdadero. “Menos ama, Señor, quien algo ama, si no lo ama en Ti…” decía San Agustín.
Amar a Dios por encima de todo, no es, “poseerlo”, como algunos creen hacerlo al determinar ellos, lo que solo puede hacer Él. Amar a Dios, es dejarse amorosamente ser Su “posesión”.
“Él Dios al que sirvo y pertenezco”, como dice San Pablo (ver Hechos 27).
¡Amar a Dios, es ser “pertenencia”! ¿No te parece?
JUAN CARLOS HOVHANESSIAN
FIERRUNAS: “QUIEN CONMIGO NO RECOGE…”
QUÉ AL ÑUDO EL ESFUERZO DEL HOMBRE
QUE PRETENDE EN SU HUMANA CIENCIA
CALIFICAR LA “BUENA CONCIENCIA”
CON SU PROPIA “CHINGADA” DOCTRINA…
PERFUME FINO ECHADO A LA LETRINA
SEMEJANTE DESCABELLADA CREENCIA…
PEOR LES VA A LOS QUE SE DEJAN “ARREAR”
MOSTRANDO AUSENCIA DE IDENTIDAD…
“CORRER VIENTOS”, ILUSORIA VANIDAD
COMO “PERRO MALO”, A ESTACA ATADO
CON “SOGA PODRIDA”, O CORDÓN DELGADO…
¡RESULTA UN DÍA, EN GRAN FATALIDAD!
COMO AGUA ENTRE LOS DEDOS, SE DERRAMA
LA ESPERANZA DEL QUE EN ESTO CREYÓ…
SI “TATA DIOS”, POR SU CRISTO, NOS ENSEÑÓ:
“QUIEN CONMIGO NO RECOGE, DESPARRAMA”
Juan Carlos