“El pueblo que andaba a oscuras vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín. Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro – la vara de su tirano – has roto, como el día de Madián. Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre serán para la quema, pasto del fuego. Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz».
Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso” (Iaías 9:1-6).
En los tiempos que corren en estas latitudes llamadas “occidentales y cristianas” y que al ver lo que se está viendo, le ha quedado lo de “occidental”, porque aquello de “cristiana”…
Impera en estas sociedades una suerte de “populismo pagano”, que montado sobre un supuesto “progresismo” está “arrasando” con todo lo que son aquellos valores de la Palabra de Dios, con una frivolidad de ribetes irreverentes y en casos, herejes.
Supuestos “defensores de derechos”, supuestos “salvadores”, con rasgos autoritarios en muchos casos, promoviendo toda clase de acciones anticristianas.
¡Necesitamos asomarnos al pesebre, para poder ver al Niño!
La plena Humildad del “Dios Fuerte”… del “Siempre Padre”… del “Príncipe de Paz”… Él “ES GRANDE”… “Grande Es Su Señorío”…
Él ES EL “MARAVILLOSO Y CONSEJERO”…
¡Él es El que quita el yugo de los corazones! El yugo tiranizante de la ignorancia, que es siempre sombra, oscuridad.
¡Él con Su Luz, irrumpe y ahuyenta las tinieblas de toda soberbia despótica!
Es éste un muy buen momento para reflexionar y permitir a la luz del Niño Dios iluminar con Su Amor y Su Gracia nuestras vidas… ¿No te parece?
Juan Carlos Hovhanessian