“¡¡¡ES PERFECTA!!!”

 

El Salmo 19, (versículos 8 al 12), nos muestra claramente muchas de las características de la Palabra de Dios y los beneficios que nos trae conocerla y practicarla:

«La Ley de Yahvé es perfecta: restaura el alma; el testimonio de Yahvé es fiel: hace sabio al simple. Los preceptos de Yahvé son rectos: alegran el corazón; los mandatos de Yahvé son limpios: esclarecen los ojos. El temor de Yahvé es puro: permanece por siempre; los juicios de Yahvé son verdad: del todo justos. Son más estimables que el oro acrisolado, más dulces que la miel, que el jugo de los panales. También tu siervo es iluminado por ellos, y en guardarlos halla gran provecho.» (Versión Bilbia Nácar Colunga). (*)

Aquí vemos algunas de esas características de la Palabra de Dios que bendice nuestra vida:

a) ES PERFECTA: Podemos confiar y descansar en Ella. «Es perfecto el camino de Dios, la Palabra de Yahvé es acrisolada. Es el escudo de cuantos a Él se acogen.» (2 Samuel 22:31).

b) ES FIEL: Dios es fiel contigo a través de Su Palabra, de Sus Promesas. «Has de saber, pues, que Yahvé, tu Dios, es Dios fiel, que guarda la alianza y la misericordia hasta mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos…» (Deuteronomio 7:9).

c) HACE SABIO AL SIMPLE: Todo el que confíe en la Palabra de Dios llegará a ser sabio.

d) ALEGRA EL CORAZÓN: Cuando ves todo lo que Dios -a través de Su Palabra- promete para tu vida, te llenas de gozo.

e) ESCLARECE LOS OJOS: Conociendo Su Palabra ya no andas en «oscuridad», la Palabra de Dios te guiará, te mostrará el camino por donde ir, a cada paso de tu vida. «Tu Palabra es antorcha para mis pasos, luz para mi sendero.» (Salmo 119:105).

f) ES MÁS ESTIMABLE QUE EL ORO: La Palabra de Dios es más valiosa que cualquier otra cosa en nuestra vida. Ella nos enseña cómo conseguir todas las bendiciones que Dios nos promete (salud, libertad, gozo, prosperidad, etc.) «Mejor adquirir sabiduría que adquirir oro; tener inteligencia vale más que tener plata.» (Proverbios 16:16).

g) ES DULCE: Nos habla del Amor de Dios, Su Protección para nosotros, Su Ternura, Su Providencia en toda necesidad. Obedecerla y creerla siempre bendecirá nuestra vida. «¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras!, más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).

h) NOS ES DE MUCHÍSIMO PROVECHO: Si guardamos los mandamientos del Señor tendremos una gran recompensa. «¡Mirad que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho.» (Apocalipsis 22:12).

 (*) La Biblia Jerusalén titula este Salmo: «Yahvé, Sol de Justicia»

 

«Pues toda la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté equiparado para toda obra buena.»

 (2 Timoteo 3:16-17).