¡CRISTO!: VERDAD Y AMOR

“Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo. Cuidad de vosotros, para que no perdáis el fruto de nuestro trabajo, sino que recibáis abundante recompensa.

Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros y no es portador de esta doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis, pues el que le saluda se hace solidario de sus malas obras.” (2 Juan 7:11).

        Con frecuencia se habla en este mundo de la verdad y del amor, mas pocas veces se practican.

        Desde los políticos hasta los comerciantes, para obtener posiciones, para vender productos, esto suele ocurrir así. Hay una gran ausencia de credibilidad. ¿Dónde habrá quedado la integridad, la “transparencia”, la coherencia entre el dicho y el hecho?

        Se sacan palabras de contexto, se apela a toda clase de tergiversación en el sentido de las palabras… Si una frase común es: “Bueno, en verdad…”, “a decir verdad…” o bien, “te juro que es verdad…”

        ¿Y del Amor? Las canciones populares, las tarjetas de felicitaciones, las novelas, los medios de comunicación… ¿A qué refieren en general cuando dicen amor? El hombre anhela ser amado, anhela amor, pero… ¿en realidad estará hablando del “Amor”, con mayúscula?

        ¿Cuál es éste?: El desinteresado, generoso, dadivoso, solícito, dispuesto a dar la vida…

        ¡Cristo! Es el Amor. ¡Cristo! Es la Verdad, en Persona: ¡El Amor con Mayúscula! ¡Alabado sea Su Nombre!

        Quien le ama, camina en la obediencia a Su Palabra y vive en la Verdad y en el Amor. Así como el autor de las Palabras que encabezan este escrito: “San Juan el Evangelista”; “el discípulo amado”, apóstol fiel de Jesús, el Señor.

        Es Juan, quien nos advierte acerca de los “falsos maestros”, de los “imitadores fraudulentos” de la Verdad y del Amor.

        “Muchos engañadores han salido por el mundo”

        Ocupan hoy espacios de horas en televisión; sus programas se repiten una y otra vez en horarios nocturnos y de la madrugada.

        Falsean la Verdad, tomando una parte de ella y sacándola de contexto, “mezclándola” con todos los condimentos de su propia experiencia junto a doctrinas tomadas de aquí y de allá, en un sincretismo que pareciera presentarlos como “muy amplios de mente”, como “muy amorosos” al llamar “bueno” a casi todo; propio, por otra parte de lo que se conoce como “NEW AGE” o sea “NUEVA ERA”.

        “A los falsos maestros no se les debe mostrar hospitalidad”… nos dice la Sagrada Escritura, lo cual significa hoy que no debiera el cristiano permitir que ésos “entren en su casa”, ya sea en su mente, por aquello que dicen, así como el programa televisivo que de alguna forma concreta -al verlo- entra en nuestra casa. Parece dura la advertencia de Juan al decir que “no les muestren hospitalidad”, para muchos en la actualidad, lo que ocurre que los “falsos maestros”, enseñaban herejías, lo cual daña por la eternidad. ¿Y hoy…?

        Como “hijos de la Verdad y el Amor”, no digamos: “¡Bienvenido!” a los “falsos maestros”, para no participar en sus malas obras, más bien edifiquémonos en la “Sana Doctrina” de Cristo y de Su Palabra, en el Seno de la Santa Iglesia, Auténtica Maestra.

¡Amén!

 

JUAN CARLOS HOVHANESSIAN